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Junto a Federico García Lorca es uno de los autores más importantes del teatro del siglo XX. Ramón María del Valle - Inclán fue, además de dramaturgo, poeta y novelista.

Integrante de la generación del 98, cursó estudios de Bachillerato en Santiago de Compostela y Pontevedra e inició la carrera de Derecho en la Universidad de Santiago, aunque no llegó a terminarla.

 

En 1899, conoció a Rubén Darío con el que mantuvo una amistad hasta su muerte y estrenó su primera obra de teatro: Cenizas. De ese año también es un incidente que tuvo con el escritor Manuel Bueno y por el que perdió su brazo izquierdo.

Por razones de pura subsistencia económica, que le afectaron a lo largo de su vida en bastantes ocasiones, empezó a realizar a partir de 1900 traducciones de obras de Eça de Queiroz.

 

Una de las grandes creaciones de Valle - Inclán fue el género esperpéntico. Luces de Bohemia es una obra clave porque utiliza el esperpento como género dramático por primera vez sobre uno de los protagonistas de esta obra, Max Estrella, a partir de ese momento ese término irá ligado a la obra de Valle-Inclán.

Valle Inclán perdió su brazo en un duelo con Manuel Bueno 

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Primera portada de Luces de Bohemia 

Hay que destacar, en 1923, el homenaje a Valle-Inclán, en La Pluma, revista donde publicó anticipadamente parte de sus obras: Cara de plata, Los cuernos de Don Friolera… En 1926 Aparece en folletín la primera novela de El Ruedo Ibérico: La Corte Isabelina y edita en volumen Tirano Banderas, que previamente había publicado en folletín entre 1925 y 1926.

 

Los problemas económicos en la vida de Valle - Inclán habían sido constantes, hasta en 1928 firma un acuerdo con CIAP, Cia. Iberoamericana de Publicaciones, que le reporta una estabilidad económica. En este mismo año publica su última obra original: El Ruedo Ibérico: Viva mi dueño, aunque proseguirá con su actividad editorial. Con la llegada de la II República en 1931, se presenta a las primeras elecciones por el Partido Radical de Alejandro Lerroux, pero no es elegido. En ese mismo año, se estrena con gran éxito la obra teatral La reina castiza, de claro talante antiborbónico.

 

La quiebra de la editorial CIAP provocará la vuelta a los apuros económicos de Valle-Inclán. Para ayudarle en esa situación, Manuel Azaña le nombra para un cargo representativo: Conservador general del Tesoro Artístico Nacional, pero protesta por el carácter de ese puesto y le dan el encargo de hacer el Museo de la República, que no logra llevar a cabo por las trabas que encuentra.

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En 1932, tras un escándalo porque la Academia de la Lengua no le concede el Premio Fastenrath, al que presentó 3 obras, es elegido presidente del Ateneo de Madrid, en sustitución de Manuel Azaña. Su precaria situación económica se agrava en 1933 y el Gobierno le nombra Director de la Academia Española de Bellas Artes de Roma, donde tuvo problemas laborales con los becarios, lo que le hace volver a España.

 

Finalmente, en 1935 empeora de su enfermedad crónica de vejiga y se traslada al sanatorio del Doctor Villar Iglesias en Santiago de Compostela. Durante este año y hasta su muerte, el 5 de enero de 1936, vivió en esa misma ciudad recibiendo homenajes y muestras de respeto de la sociedad gallega.

En este vídeo, se puede ver la representación completa de Luces de Bohemia a través de la compañía teatral de No es Culpa Nuestra

La obra fue dirigida por Francisco Hernández Huchí.

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Según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, el esperpento es una “Concepción literaria creada por Ramón M.ª del Valle-Inclán hacia 1920, en la que se deforma la realidad acentuando sus rasgos grotescos.” Deformación necesaria, según el propio autor, para poder entender la realidad española, puesto que “España es una deformación grotesca de la civilización europea”.

El esperpento es una distorsión de la realidad que nos devuelve una visión grotesca de nuestro mundo e, incluso, de nosotros mismos. De entre las características del esperpento destacamos lo siguiente:

Deformación de la realidad: para lograrlo, el autor usará la hipérbole y la exageración grotesca consiguiendo, así, un resultado que roza lo triste y lo cómico, es decir, la tragicomedia.

Fusión de la historia y la ficción: es un elemento clave del esperpento ya que el autor quiere ofrecer una crítica de la sociedad en la que vive y, por ello, se sirve de algunos elementos tradicionales de la cultura, el folklore, la historia, etcétera

Obras tragicómicas: la tragicomedia es el subgénero de los esperpentos ya que nos ofrecen una visión de la realidad, de la condición humana y de la historia que se mueve en el hilo fino entre la tragedia y la comedia.

Valle Inclán fue el máximo exponente del esperpento, un género literario que presentaba una deformación de la realidad con el objetivo de criticar la sociedad de antaño. Fue una revolución estética porque rompía con el realismo y promovía situaciones grotescas que producían risas y lágrimas al mismo tiempo. "Luces de bohemia" fue la obra que inició este género y donde encontramos la definición de esperpento.

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